Mascotas y bebés
- Sara de Santos
- 9 mar 2018
- 8 Min. de lectura
Aquí estamos un Viernes más con un nuevo post. Tenía la idea de hacer mi primer video de youtube donde os muestro la habitación de Ignacio y todas las cosas que tenemos, pero esta semana el pequeño ha estado algo malito con seudo estreñimiento y no nos ha dejado mucho tiempo libre. Pero os traigo un post igual de bonito, triste pero bonito.
Muchos me habéis preguntado, al ver a nuestro perrito en instagram, como lo hacemos. Cómo fue el primer encuentro, la limpieza, sacarlo,… pues os lo voy a contar todo.
Como siempre, con este tema también tuvimos muchas opiniones negativas hacia nuestra idea de tener un perrito y estar apunto de tener un bebé. Que si lo puede morder, que si no vamos a tener tiempo y es una locura, que si la higiene,… pues todo eso me entró por un oído y me salió por el otro. Yo os aconsejo que hagáis lo que queráis y sobre todo si pensáis que está bien y os hace felices. La gente que opine y diga los que quiera, normalmente es por que esas personas se ahogan en un vaso de agua.
En mi casa siempre hubo perro, desde que nací. Y la verdad que los recuerdos más bonitos que tengo de mi infancia son con mis perros. Que no os preocupe el tema del fallecimiento. Mis padres con todo el tacto del mundo y con mucha seguridad en ellos mismos a la hora de explicarme la muerte de mi amigo, consiguieron que lo entendiera perfectamente sin ningún tipo de trauma, y me prepararon para tomarme la muerte como algo natural y no como un drama continuo en nuestras vidas. Mi madre siempre decía “a rey muerto rey puesto” y aparecían a los días con un cachorrillo nuevo que hacía olvidarme todas las penas y me alegraba las salidas del colegio cuando lo veía esperarme con uno de mis padres. Y eso es lo que yo quería para mi hijo.
Ya llevaba muchos días queriendo regalar un cachorro de Golden Retriever a Luis. Al principio por supuesto que se agobió con todas esas cosas que os comenté antes, pero en cuestión de una hora estábamos yendo adoptar a nuestra preciosa Loira.

Yo estaba embarazada de tres meses y medio, pensábamos que era perfecto para educarla antes de dar a luz y que a la vez creciese a la par que el niño.
Nuestra perrita se crió en la playa durante todo el verano y hasta surfeó con Luis en una tabla de paddle. Aprendió muy rápido hacer sus necesidades en la calle y a quedarse solita en casa. Al principio dormía con nosotros pero poco a poco y sin presionarla supo cual era su lugar para dormir. Ha sido la perra más buena, dócil, inteligente y con un punto de locura que nos encantaba a todos, que he tenido.
Pero por desgracia no todo era de color de rosa. Loira siempre tuvo un movimiento muy especial de la cadera, yo de vez en cuando la llamaba Beyoncé. Era muy graciosa verla caminar moviendo tanto el culete. Un día mi suegra nos dijo que la veía las patas muy separadas y que caminaba raro, pero para nada pensábamos que tenía un problema.
Luis se la llevaba a menudo al río a bañarla, y una tarde al parecer se debió de resbalar y hacerse daño en una patita de atrás.
Al día siguiente nos íbamos a Valladolid a visitar a mis padres y decidimos que si seguía coja la llevaríamos al veterinario una vez allí.
Por supuesto en cuanto empezó a jugar con Golfo, el perro de mis padres, dejó de apoyar la pata derecha de atrás. Si la manipulabas la zona de la cadera lloraba, pero si la soltabas, ella sin apoyar la pata y sin quejarse quería seguir jugando con el perro.
A la mañana siguiente la llevamos al veterinario y la hicieron una radiografía.
Tenía los dos huesos de la cadera que une a las patas, totalmente separados del sitio. El diagnóstico fue que del golpe en el río se le habían desencajado y que la tendrían que operar poniéndola unos clavos. Nos mandaron a otro veterinario mucho más especializado en trauma, y allí que fuimos a que la viese.
En el momento que nos dijeron lo que realmente era se nos calló el alma a los pies.
Nuestra pequeña tenía una displasia muy avanzada para su edad y si queríamos que caminase tendríamos que operarla a los 6 meses de edad. Era una jodida mierda ver a tu perrita tan feliz y con una enfermedad tan avanzada.
Nos deslomamos en buscar soluciones, en que nos ayudasen económicamente para las operaciones y prótesis,… pero ella misma nos tuvo que abrir los ojos y de una manera u otra decirnos que la dejásemos marchar. Un veterinario muy prestigioso Traumatologo de Galicia nos confesó que no solo sería una operación, que serían muchas a lo largo de su corta vida y que lo pasaría muy mal en cada una de ellas. Su calidad de vida se vería muy afectada y la enfermedad le estaba avanzando en cuestión de días a sus patitas de adelante.

Todo nuestro plan de vida en cuanto a perro se nos había desmoronado. Pero en cuestión de semanas apareció una lucecita con pelo de color carbón y con unas orejas puntiagudas llamado Will. Un pastor Belga Malinois precioso y muy juguetón. Pensamos que el poco tiempo de vida que le quedase a Loira, este se la alegraría, ya que ella era muy feliz jurando con otros perros aun dolorida.
Will viene de una raza muy Nerviosa y el adiestramiento tenía que ser más específico. Pero Loira nos adelantó todo, ya que el hacía lo mismo que ella y adquirió mucho del carácter de los Golden.
Un mes después de adoptar a nuestro loquillo Will, Loira comenzó a dejarse morir en su cama. No quería comer, ni jugar, ni andar, ni bajar a la calle, se hacía todo encima,… tuvimos que tomar la decisión de sacrificarla. Muy duro, y sobre todo muy triste. El vínculo familiar que habíamos creado con ella era tan grande que aun estando Will nos faltaba algo.
Meses después nació nuestro pequeño, y os voy a contar como hicimos para el gran día de la presentación.
Durante los días que yo estaba en el hospital, Luis iba a casa para ducharse y estar con Will. La verdad que estuvo bastante acompañado por que mis padres vinieron con Golfo. Con lo cual no se aburrió para nada, ni se sintió solo en ningún momento. Pero si que me echaba de menos. En el momento que llegué a casa yo no llevaba al pequeño en brazos para poder darle a Will todo mi amor.
Luis fue quien le presento al bebé dejándolo oler en sus brazos. Pero rápido dejó de olerlo y se centró de nuevo en estar conmigo y comerme a besos. Yo estaba muy dolorida, y por encima me agobié y me puse a llorar. Pero rápido me tumbé en la cama, con nacho al lado en su cuna moisés y mi perro conmigo haciendo la cucharita en la cama.
Al principio cuando el niño lloraba o cuando teníamos que levantarnos a por los biberones el pobre se estresaba muchísimo y durante el día tenía mucho sueño. Incluso del estrés llegaba a vomitar. Pero ahora están totalmente hermanados. El me avisa en cuanto está despierto y es muy delicado. Sabe como tratarlo. Y es puro amor verlos juntos.


De todas formas he de deciros que tuvimos una gran ayuda. Un gran amigo mío es adiestrador de perros y casualmente una de sus razas favoritas es la de Will. Él nos ayudó muchísimo con una serie de pautas, y conseguimos que nuestro perro fuese un cachorro muy equilibrado y en constante entrenamiento.
Le comenté de que iba este post y que si podía darme algunos truquitos básicos para que vosotros lo apliquéis. De todas formas os dejo su Instagram por si queréis contactarle. Os puedo asegurar que es muy importante tener de nuestra mano una persona con estas nociones y sobre todo si vamos a tener un bebé y desconfiamos de las actitudes de nuestro perro. Por cierto¡¡ pronto estará en Pontevedra, a si que si queréis podemos organizar una clase en grupo con nuestros perros. Ya os iré diciendo.
Jose Ortiz // @kimeraown
“ Es muy importante preocuparnos por la educación de nuestros perros durante toda su vida, ya que podremos adaptarles mejor a cualquier situación nueva (como puede ser la llegada de nuevo miembro a la manada, tanto un bebé como un cachorro).
Una vez estemos seguros de que en casa, nuestro/os compañero/os son sociables, tranquilos y contamos con una comunicación fluida, estaremos preparados para presentar al nuevo miembro.
Tendremos que seguir atendiendo las necesidades de nuestro compañero y las de nuestro nuevo miembro, intentando causar el menor impacto en las rutinas de nuestra mascota. Es muy importante no olvidarnos del afecto, ya que podría desatar situaciones de celos.
Antes de la llegada del nuevo miembro es hora de adaptar a nuestro compañero a los nuevos ruidos, nuevos olores, nuevas manipulaciones… por lo que siempre buscaremos en nuestro amigo, estados de ánimo tranquilos y mucha manipulación (simulando todos los “tirones” de un bebé) por nuestra parte…
Otra parte constará en marcarle los límites a nuestro compañero y haber generado una comunicación que me permita mantenerlo a distancia o tranquilo en situaciones en las que él no deba intervenir.
Mientras ambos crecen, se generará un vínculo inseparable que situará a cada uno en su lugar en esta familia (manada) y que enriquecerá a nuestro compañero para futuras ocasiones “.

En mi caso yo no tengo gatos, y cuando estás embarazada te prohiben acercarte a ellos por una enfermedad que te pueden transmitir, pero mi cuñada, que tiene una pequeñita de un año y dos meses, siempre ha tenido gatos y no ha pasado nada de nada.
Ella cuando era pequeña se crío con gatos y cree que al ser así se inmunizó de la famosa enfermedad toxoplasmosis. En mi caso no fue así, me tire todo el embarazo sin probar embutido, un verdadero coñazo. Pues bien; a ella no le dió y estando embarazada en su casa siempre hubo dos gatitos y seguían ahí cuando la pequeña nació. No han tenido problemas ni de alergias, ni arañazos ni nada. Y la niña tiene pasión por los animales. Obviamente también con sus pasos a seguir, como llevarles pañales antes de que llegue el bebé, no crearles celos ni quitarles protagonismo,... los gatos son animales que se estresan mucho con los cambios, con lo cual hay que ser mas meticulosos que con los perros.
Si que es verdad que hay que mantener la casa más limpia. Intentar mantenerla sobre todo sin pelos, pero que son unos minutos más de limpieza con tal de ver a tu hijo criarse con su primer amigo peludo.
Teniendo una mascota tu hijo adquiere respeto y saber comportarse con los animales, aprende a no tener miedo aquello que no es como él y sobre todo aprenden lo que es realmente serle fiel a alguien.
Voy a contestar a tres preguntas que recibí en el primer post:
¿Dónde duerme el perro?
Duerme en una galería que tenemos en nuestra habitación, pero sin estar encerrado ni nada. Normalmente a mitad de noche lo tenemos a pie de cama encima de nosotros. Cuando es cachorro no importa, pero como sea una raza grande como Will, empieza a ser pesado, pero él se da cuenta cuando molesta, ya que está incomodo con nuestros movimientos y se vuelve a su cama.
¿Puede despertar y molestar al bebé con sus ladridos?
Es parte de la educación aprender a no ladrar. De todas formas Ignacio no se asusta. Desde que estaba en mi tripa escuchaba ese sonido, y ahora si lo escucha lo tiene totalmente familiarizado.
¿Cuál es la mejor raza de perro para tener con un bebé?
Si que hay razas de perro más tranquilas y mas familiares, pero no me decanto por ninguna, ya que todas son buenas, con una buena educación pueden estar con bebés perfectamente.
Bueno, y hasta aquí este post. Espero que lo hayáis disfrutado y que os haya servido de ayuda. Esperemos que para el siguiente Viernes podamos abrir nuestro primer video del canal de youtube y haceros un tour por su habitación y sus cosas. En el caso de ser imposible os adelanto que tengo pensado hablar de las madres trabajadoras, de la educación en ese momento de nuestros hijos y de @malasmadres.
Un saludo a todos y muchísimas gracias
Commentaires